En la castigada Argentina de los
años ´20 y ´30 se sucedieron las reacciones anti-régimen. Ese régimen que
comenzó a denunciar en sus diferentes expresiones la juventud nacionalista. Se
trataba de esclarecer sobre esa maquinaria política, económica y cultural que
adormecía las mentes para que todos los recursos del país estuviesen al
servicio de intereses particulares o extranjeros. Era, en suma, el liberalismo
que con sus matices y altibajos se enseñoreaba desde los amargos días de
Caseros.
Como un grano de arena, en la
barriada obrera de Avellaneda, surgió un grupo de argentinos en primera
generación e italianos que postularon ideas nuevas, tomando conceptos
universales del fascismo pero adaptándolos a la realidad local. Conformaron el
Fascismo Argentino o Partido Fascista Argentino.
Fueron un puñado, no más de
tres o cuatro centenares de hombres. Pero de su actividad y frenesí nos hablan
los siete muertos que entregaron en apenas cinco años de existencia a manos de
las mafias locales y el extremismo de izquierda.
Puede verse un relato
detallado de sus vivencias en Hernán M. Capizzano,
Presencia Fascista en Argentina, Memoria y Archivo, Buenos Aires, 2013.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario