“Acoracemos nuestros corazones en la dureza
necesaria. Tenemos los argentinos fuerte el temple, pero blando el corazón, y
por éste se nos cuelan las debilidades. Lo que está en juego es algo que
sobrepasa nuestra pequeñez sentimental. La traición a la Patria , son cuatro tiros
por la espalda, y nada más. La burla sangrienta, sistemática, a la justicia por
la que claman millones de argentinos, es la horca y nada más. La burla
sangrienta, sistemática, a la justicia por la que claman millones de
argentinos, es la horca y nada más. El gran escarmiento es absolutamente
necesario. Podemos perdonar el agravio, el vejamen personal. Seríamos indignos
de toda indignidad, si transigiéramos más, no ya contra el vejamen y el agravio
que sufre la Patria ,
sino con algo peor que todo ello, el cercenamiento, en lo moral, en lo físico,
en la carne y el espíritu, de la Patria.
Contra esto, nuestra fortaleza, nuestra varonía criolla”.
(Enrique P. Osés, 1899-1954, periodista y
pensador del nacionalismo argentino).
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