No es fácil encontrar curas nacionalistas. Pero los hay y los hubo. Entre los recordados por los viejos militantes está el dominico Fray Mario Agustín Pinto. Durante muchos años fue de los pocos que bendecía banderas, decía misas o responsos, presidía homenajes o simplemente rezaba por los camaradas caídos o en lucha. Y lo hacía sin esconderse, en la intimidad del claustro, en el atrio de la Iglesia de Santo Domingo o en cualquier otro lugar donde se lo convocase. La fotografía data de 1947.
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