Blog elaborado para la difusión de material histórico relacionado con el Nacionalismo Argentino: sus pensadores, sus organizaciones, movimientos, trabajos de investigación, etc.

jueves, 26 de diciembre de 2013

PERIÓDICO EL NACIONALISTA









EL NACIONALISTA fue un periódico que comenzó a publicarse en agosto de 1952. Lo dirigía Mario Octavio Álvarez y colaboraban en él distintos articulistas, todos ellos con un pasado inmediato que los vinculaba a la Alianza Libertadora Nacionalista. Algo los diferenciaba de otros nacionalistas, inclusive de Juan Queraltó: reivindicaban desde una Junta Unificadora del Nacionalismo el proceso peronista como un elemento político heredero de la Revolución del 4 de Junio de 1943.


En las páginas del periódico pueden leerse expresiones doctrinarias e ideológicas propias del nacionalismo junto a una adhesión incólume al peronismo de entonces.


lunes, 23 de diciembre de 2013

Refundar la Patria (Enrique P. Osés)

"Si para salvar a nuestra Patria, hay que cambiar nuestro régimen institucional, lucharemos en toda forma por lograrlo. Si para salvar a la Patria, hay que concluir con esta ley electoral, concluiremos con ella. Si para salvar a la Patria, hay que reformar, cambiar, hacer una nueva constitución política, la reformaremos, la cambiaremos o haremos nueva".

Enrique P. Osés, "Esto hay que cambiarlo todo", Cuadernos Nacionalistas, p. 7.



miércoles, 18 de diciembre de 2013

ENRIQUE P. OSÉS

Enrique P. Osés junto a Juan Queraltó (foto de 1940)


Enrique P. Osés, fallecido en diciembre de 1954, fue uno de los pioneros del nacionalismo argentino. Hombre formado y proveniente del catolicismo, supo fundar diarios, periódicos y revistas. Fue Director y Redactor, hombre de pluma y batalla. Denunció a los cuatro vientos los males del país y cuestionó como nadie la impostura liberal que predominó desde la caída de don Juan Manuel de Rosas.

Transcribimos un famoso discurso pronunciado el 16 de septiembre de 1940. En esta verdadera pieza oratoria se vislumbra el hombre consagrado, el combatiente y el líder de una muchedumbre de jóvenes que pugnaban por una nueva Argentina.


QUE IMBÉCILES PLUSCUAMPERFECTOS 

¡Qué imbéciles pluscuamperfectos, los que desde hace ya años, y con una saña que va centuplicándose a medida que se les acerca el fin, se han dado a la tarea de perseguirnos, de bloquearnos, de amontonar obstáculos, en el inútil empeño no ya de contener, sino tan sólo de retrasar, la obra de esta generación argentina, uno de cuyos extremos va alcanzando la madurez, mientras el otro, sienta en la cara el cosquilleo de la primera barba!

¡Qué imbéciles pluscuamperfectos, camaradas y amigos, los que, desde sus todavía poderosos bastiones, entre chillidos histéricos, entre ladronadas de matasiete, o entre disimulados gestos de fariseo, nos quieren amedrentar, de palabra o de hecho, como si un torrente pudiera detenerse ante unas piedras, y no fueran, precisamente, las piedras que va acumulando el torrente pudiera detenerse tras de sí, y llevándoselas consigo, las que hacen más dura, más terrible y más inexorable la avalancha. Nos matan a un joven de veinte años, hace ya seis, Jacinto Lacebrón Guzmán, y de ese joven han hecho un arquetipo de la juventud nacionalista.

Nos asesinan a mansalva un hombre F. García Montaño, recién graduado, y otro muchacho, Julio Benito de Santiago, allá en los patios de la Universidad cordobesa, y en cambio de esas dos vidas preciosas, nos han devuelto dos modelos inolvidables, dos ejemplos perennes de fe, de valor sereno, y de irreductible voluntad de vencer.

 Nos echan de sus modestos empleos, por el pecado de ser argentinos a decenas y decenas de camaradas, nos aprisionan por una gresca callejera, por un viril puñetazo en el rostro o un despreciativo puntapié en las nalgas, a racimos de muchachos cada vez que hay que salir a la calle a gritar ladrones a los ladrones, y de cada niño, de cada joven, de cada hombre así perseguido, nos hacen un soldado del movimiento liberador que aprieta las mandíbulas y se come los puños en una santa rabia, llena de esperanzas. 


¡Qué imbéciles pluscuamperfectos, camaradas, los que creen que ni un proceso judicial, ni cien, ni una bala, ni mil, podrán ya nada, absolutamente nada, contra quienes ayer fuimos apenas un centenar escaso de ilusos, y hoy somos millares y millares de hombres desparramados por el suelo de la Patria, y unidos por una común solidaridad de voluntades y propósitos, dispuesta a todo para que sobre esta caduca institución política-económica-social, se eleven los primeros cimientos de una Patria libre, de una Patria soberana de sus destinos, de una Patria digna, temida y respetada por todas las naciones, todos los pueblos y todas las razas del mundo.

sábado, 14 de diciembre de 2013

17 DE DICIEMBRE DE 1933: ASESINATO DE LEONARDO SIMONE


En Avellaneda y la zona sur de la ciudad de Buenos Aires existió un movedizo Partido Fascista Argentino. Era una formación creada por don Humberto Bianchetti, argentino en primera generación. Leonardo Simone, italiano y también miembro de la Legión Cívica Argentina, fue de los primeros seguidores que tuvo entre sus cuadros. El día indicado fue ultimado por su profesión de fe nacionalista y fascista. A ochenta años de su asesinato extractamos del libro de Hernán Capizzano, Presencia Fascista en Argentina, el relato de los hechos (p. 122 y ss).
 
“…Leonardo Simone era asesinado por dos disparos de revólver. Fue mientras circulaba por Avellaneda en horas de la noche. En un cruce ferroviario de paso a nivel se enfrentó a tiros con sus atacantes. Se estima que por lo menos fueron dos los esbirros. Lo macabro del caso queda demostrado en que un tiro lo tenía por la espalda y el otro en su pecho, además de presentar signos de haber sido golpeado en la cabeza.
El fascista caído había recibido una serie de amenazas por parte de elementos comunistas de la misma zona. Hombre de armas llevar, el atentado lo encontró preparado ya que en su mano tenía asido un revolver con tres cápsulas disparadas.
Simone, de quien ya hemos tratado al abrir este trabajo, residía en Avellaneda con un hijo pequeño y era viudo desde hacía varios años. Por ello en los últimos tiempos había entrado en relación a fin de darle a su hijo una buena madrastra. Sólo restaba un mes para concretar su matrimonio. Trabajaba como capataz de carpinteros en la Casa Pereyra Iraola. Desde la primera aparición del Fascismo Argentino había adherido a sus actividades y se encontraba entre los más fervientes activistas.
Sabemos que no era hombre de disimular su condición de fascista y mucho menos de dejarse amedrentar por esa u otra causa. El día de su crimen Simone había ido a visitar a su suegra, la madre de su mujer fallecida. Visita rutinaria para ver a su hijo que aparentemente estaba bajo el cuidado de la abuela. El mismo trayecto recorría día a día cuando salía de su trabajo. Luego se retiró para visitar a su novia y al llegar a las calles Brandsen y Spur, cruce de ferrocarril, se encontró con sus asesinos. Estaba a sólo cuatro cuadras del Fascio donde tantas jornadas había abrevado.
Sobre las causas del atentado sus camaradas no tuvieron dudas: Simone era un mártir del fascismo y su asesinato no tenía connotaciones de delito común. Con esto repudiaban lo que tempranamente el diario La Nación narró en su pequeña y única columna dedicada al caso. Para los fascistas que lo conocían, el hecho no era más que el resultado de las advertencias recibidas por algunos de sus vecinos. Esto coincidía con los dichos de su suegra, quien declaró luego del crimen que Simone estaba armado a causa de las amenazas proferidas por parte de vecinos comunistas y sindicalistas del frigorífico La Mosca. Estos sujetos lo conocían por su proselitismo fascista. Por otra parte, también Il Mattino d´Italia desestimó la idea de un vulgar delito común: no sólo tenía todas sus pertenencias, como una cadena de oro y dos anillos del mismo metal, sino que en sus bolsillos conservaba todo su dinero...”

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿UN FASCISMO ARGENTINO?

En la castigada Argentina de los años ´20 y ´30 se sucedieron las reacciones anti-régimen. Ese régimen que comenzó a denunciar en sus diferentes expresiones la juventud nacionalista. Se trataba de esclarecer sobre esa maquinaria política, económica y cultural que adormecía las mentes para que todos los recursos del país estuviesen al servicio de intereses particulares o extranjeros. Era, en suma, el liberalismo que con sus matices y altibajos se enseñoreaba desde los amargos días de Caseros.
Como un grano de arena, en la barriada obrera de Avellaneda, surgió un grupo de argentinos en primera generación e italianos que postularon ideas nuevas, tomando conceptos universales del fascismo pero adaptándolos a la realidad local. Conformaron el Fascismo Argentino o Partido Fascista Argentino.
Fueron un puñado, no más de tres o cuatro centenares de hombres. Pero de su actividad y frenesí nos hablan los siete muertos que entregaron en apenas cinco años de existencia a manos de las mafias locales y el extremismo de izquierda.


Puede verse un relato detallado de sus vivencias en Hernán M. Capizzano, Presencia Fascista en Argentina, Memoria y Archivo, Buenos Aires, 2013

lunes, 2 de diciembre de 2013

EL GENERAL JOSÉ F. URIBURU

Aquel General de la Nación que avanzó sobre Buenos Aires en la madrugada del 6 de septiembre de 1930 apenas contaba con hombres para hacerlo. Pero tenía algo más que una carrera a preservar o un legajo destinado a no mancharse. Tenía grandes probabilidades de fracasar, pero arremetió con los obstáculos. Su recuerdo está asociado a planteos muy polémicos y el término de “fascista” es el acuñado por quienes gustan de la propaganda y la acción psicológica por sobre la historia. Si hubiera sido fascista, en el real significado del término, otra hubiera sido la Argentina a partir de su Gobierno Provisional (1930-1932). Sin embargo traía consigo una inquietud: el país debía enfrentar reformas, cambios profundos, sacando del medio aquellas seudo-instituciones que reunían las lacras de un régimen cada vez más decadente. No lo vio todo, era hombre de su tiempo, pero tuvo la entereza de avizorar algunas cuestiones que extractamos brevemente de su Manifiesto al Pueblo.

“Un solo interés nos ha movido: el de la Nación. De ahí que los intereses de los partidos, por respetables que sean, deben subordinarse al interés superior”

“Colocados por encima de los partidos, tenemos un pensamiento político que no pretendemos imponer pero que estamos en el deber de hacer público para que se lo considere y se lo discuta”


“Cuando los representantes del pueblo dejen de ser meramente representantes de comités políticos y ocupen las bancas del Congreso obreros, ganaderos, agricultores, profesionales, industriales, etc., la democracia habrá llegado a ser entre nosotros algo más que una bella palabra”

domingo, 1 de diciembre de 2013

TROPAS DE CHOQUE NACIONALISTAS (1932-1934)

En la foto, aparecida en un ejemplar de la revista Clarinada (1937), queda registrada la visita que Juan Queraltó y sus muchachos de la Alianza le hicieron al Director de dicha publicación Carlos M. Silveyra. Éste había sido el fundador de la C-PACC, Comisión Popular Argentina Contra el Comunismo. Desde 1932 y por lo menos durante dos años la C-PACC presentó una compacta fuerza de choque frente a los grupos de acción directa del comunismo. Eran elementos preparados, formados en las agitadas calles de Buenos Aires, bien distinguidos y en nada parecidos a los rompehuelgas que suele denunciar la historiografía corriente. La C-PACC concentraba su acción con sentido “quirúrgico” y plantaba cara frente a pistoleros y terroristas. Su lema era Dios, Patria, Hogar.
 

viernes, 29 de noviembre de 2013

EL PERIÓDICO ALIANZA


La Alianza Libertadora Nacionalista tuvo como principal medio de difusión la militancia de su juventud. El ardor y la lucha cotidiana, sumados a una dirigencia lúcida y consecuente, fueron las armas principales de su evolución. En segundo lugar sus publicaciones periódicas tuvieron una importancia relativa en cuanto a la poca estabilidad de sus apariciones. Pero lo que resulta notable es la gran cantidad de boletines o periódicos trazados por sus filiales en cualquier rincón del país. En este caso la imagen corresponde al vocero oficial, de aparición irregular y tipografía variada.  

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Retrato de un nacionalista en la Argentina de 1949


Trabajo del dibujante Sobisch publicado en 1949 por el periódico Alianza. Dicha publicación pertenecía a la Alianza Libertadora Nacionalista fundada por Juan Queraltó. Representa el rigor de la embestida nacionalista frente a los enemigos de la nacionalidad que pugnan por la entrega y el beneficio de sus intereses personales.

viernes, 22 de noviembre de 2013

LEGIÓN CÍVICA ARGENTINA

La Legión Cívica Argentina fue fundada el 6 de diciembre de 1930 en la ciudad de Buenos Aires. En mayo del año siguiente presentó miles de adherentes convocados por el Presidente de la Nación José F. Uriburu, empeñado en forzar cambios constitucionales que radicales y conservadores no estaban dispuestos a realizar. Creyó que una demostración de fuerza convencería a los timoratos. No fue así, pero ciertamente resultó el puntapié inicial para transmitir un “estado de inquietud”, una “idea nueva”, una etapa desconocida. Para integrar la Legión Cívica eran necesarios varios requisitos, entre estos, el de repudiar a los partidos políticos. Fue la organización madre del nacionalismo de los años ´30 y adquirió presencia en la mayoría de provincias y territorios. Su característica fue la de oponer a los partidos sus columnas marciales y un discurso que más allá del patriotismo invitaba a modificar la Constitución Nacional para establecer una representación corporativa.
La profundización de su estudio indica que no se trató de una vulgar copia de modelos extranjeros o ideas foráneas. Por el contrario, sus mismos enemigos se mofaban de ella por la composición criolla y de color de sus integrantes, planteo y métodos de divulgación política
Abanderado de la Legión Cívica Argentina (1933).
Imagen del Dpto. Fotográfico del Archivo General de la Nación. 


Languideció hacia fines de los años ´30 cuando surgieron otras organizaciones de mayor comprensión y dinamismo en las luchas cotidianas del nacionalismo. Sin embargo siempre fue recordada como la “madre” de todas ellas. Entre los dirigentes posteriores era extraño quien no hubiese pertenecido a alguna de sus brigadas.

Bibliografía: Hernán M. Capizzano, Legión Cívica Argentina: del Uriburismo al Nacionalismo. Santiago Apóstol, Buenos Aires, 2007. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

UN NACIONALISTA MÁS ENTRE LOS LUCEROS


Una larga lista de caídos jalona la historia del nacionalismo argentino desde los años ´30. Francisco La Sala es uno de ellos, que en edad muy joven y siendo fervoroso militante ofrendó su vida por los ideales que defendió sin pudor. 


sábado, 9 de noviembre de 2013

ALIANZA LIBERTADORA NACIONALISTA

Nuevo libro de Hernán M. Capizzano:



Alianza Libertadora Nacionalista: Historia y Crónica (1935-1953). Memoria y Archivo, Buenos Aires, 2013, 344 pp.

Contiene Apéndice documental e índice onomástico.

ÍNDICE

Prólogo, p. 5.
Introducción, p. 9.

Primera Parte: El Nacionalismo frente al Régimen, p. 15.
I. Del Uriburismo al Nacionalismo, 15. II. La Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, 27. III. Alianza de la Juventud Nacionalista, 39. IV. El 1ero. de Mayo nacionalista,  51. V.  Por la Soberanía Nacional (1938), 65. VI. Cóndor y Milicia,  77. VII. El Gran Miedo liberal, 91. VIII. La opción militar y conspirativa: General Juan Bautista Molina,  105. IX. El Régimen responde: Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas, 129. X. El nacionalismo: de la atomización a la Alianza como factor aglutinante,  141.

Segunda Parte: La Revolucion truncada (1943-1945), 161

I. Juventud y entrega, 161. II. Del 1ero. de Mayo al 4 de Junio de 1943,  171. III. La ruptura con el gobierno revolucionario,  189. IV. La revolución que se aleja, 201. V. Perón o la oligarquía regiminosa, 215. VI. La campaña electoral y las elecciones del 24 de febrero de 1946,  229.
Tercera Parte: La lucha por Alianza (1946-1953), 251

I. El comienzo de un largo proceso, 251. II. Chapultepec, 259. III. 1946-1947: los años de fuego (la violencia desatada), 269. IV. La fragmentación de Alianza, 279. V. 293. VI. Queraltó, 311.
Apéndice Documental, 321
Indice Onomástico